Hemos perdido la oportunidad que Dios le dio a la iglesia Mexicana para un gran despertar espiritual. A mitad de los años 90 Dios abrió una puerta espiritual al norte de la república Mexicana (Tijuana, Cd. Juárez) para que entrara un avivamiento, no de Estados Unidos como algunos pensaron, sino directamente del cielo para transformar México por medio de Su iglesia. Esa puerta se la entregamos al enemigo de la misma forma que nuestros primeros padres le dieron entrada a la serpiente al huerto. Igual que nuestros padres, tampoco discernimos al enemigo y el resultado ha sido el mismo. Separación, y muerte, tanto espiritual como física. Hemos sido seducidos por una falsa promesa de conocimientos y un deseo secreto de ser como Dios. Hemos cambiado la intimidad con Dios, que es nuestro verdadero destino, por el reconocimiento y aprobación del hombre. Toda idolatría comienza cuando la intimidad con Dios toma un segundo lugar en nuestras vidas. Muchos nos hemos ocupado para que nuestros nombres aparezcan en las listas de oradores del último congreso o evento masivo, o para ver quien tomará el lugar del último apóstol o profeta que hemos descalificado. Nuestros eventos de oración y clamor contra la violencia, no son más que lo que hizo Adán cuando,  “entretejió hojas de la higuera para cubrir su desnudez”.

El llamado de Dios a su iglesia hoy es el mismo llamado que le hizo a Adán y Eva en el huerto “¿Donde estas?”  Una palabra Hebrea que refleja una profunda emoción y desesperación. Dios invita a la iglesia a caminar con Él en intimidad, y como resultado verdadera unidad. Abre tu oído una vez mas y escucha estas poderosas  palabras que Él dice tanto al perdido como a la iglesia llena de concesiones, “¿DONDE ESTAS?”  El verdadero avivamiento requiere que regresemos a esa primera invitación de caminar junto a Él. El está deseando revivir en ti aquella profunda relación de intimidad como la que un día se conoció en el huerto. Dios le pregunta a la iglesia Mexicana “¿QUE ES ESTO QUE HAS HECHO?” (Gen 3:13) Y la única respuesta ha sido, “la serpiente me engaño”. A lo cual Dios responderá con un fuerte golpe de juicio hacia  la serpiente quien trajo muerte y violencia por esa misma puerta en lugar del avivamiento que había sido profetizado.

               DESPUES…….. Caín mato a Abel porque Abel entrego un sacrificio de sangre y él un sacrificio del fruto de la tierra. Abel representa la sangre de Cristo y Caín el esfuerzo humano. Después le nació otro hijo a Adán y a Eva al cual llamaron Set, que significa “sustituto” o “reemplazo”.  A Set le nació un hijo llamado Enoc y fue entonces que podemos leer en Gen 4:6 que “Desde entonces se comenzó a invocar el nombre de Dios.” Enoc es el modelo a todos los que desean caminar íntimamente con Dios. Su nombre significa “dedicado” y es una inspiración para todos los que desean un avivamiento en relación intima con su Creador.